Viaje a Escocia: Highlands

Como sabréis, hemos estado incomunicados el resto de días de nuestro viaje. Como hemos estado en sítios remotos ya no es que no tuviérmos wifi, es que la mayoría del tiempo no tuvimos ni cobertura en el móvil, así que ya una vez de vuelta a la vida real aquí en España, expongo el resto de días.

Día 3

De buena mañana emprendemos camino a las Highlands o Tierras Altas. Hemos cogido un tour de 3 días en un microbus. La primera parada la hacemos pronto para conocer a Hamish, una vaca típica de las Tierras Altas que se ha hecho famosa ya decidieron ponerle nombre además de vender todo el merchandising. Es monísima, la verdad, y se deja tocar a cambio de comida, eso sí.


 Seguimos camino hacia el noroeste, y ya entrados en las Highlands, volvemos a hacer una paradita para contemplar el espectacular paisaje. Aquí nuestro guía, Julien, que es muy majo, se ofreció a hacernos una foto.


Seguimos camino hasta llegar a GlenCoe, lugar en el que fue masacrado en clan MacDonald. Yo tenía especialmente ganas de ver este sítio y al parar en el Valle de las Lágrimas la verdad es que me quedé sin palabras. De repente ves como se alzan ante tí esas inmensas montañas (llamadas las 3 Hermanas) y te vas haciendo cada vez más pequeño. Sentada allí intentaba retener aquella imagen en mi mente para que no se me escapara nunca, porque, como le comenté a Tony, ni una ni mil fotos van a hacer justicia a la belleza de ese paisaje. De todos modos dejo fotos para que os podáis hacer una pequeña idea.



Aquí el "Cardo Guardian" convertido en uno de los símbolos de Escocia. Dice la leyenda que esta planta libró a los escoceses de ser atacados mientras dormían por unos vikingos, pues uno de éstos pisó un cardo con los pies descalzos y sus gritos en mitad de la noche alertaron a los escoceses que contraatacaron oportunamente.




Y seguimos la ruta para parar de nuevo a comer en Fort William. Aquí probamos por primera vez comida típica escocesa, el Steak and Ale Pie que es una especie de carne en salsa con hojaldre. Y como no, con una cervecita escocesa. Este día nos acompañaron comiendo un matrimonio de Alicante, muy simpáticos, y Julien nuestro guía, que nos amenizó la comida con su interesante conversación.



Y después del descanso pertinente emprendemos camino hacia Dornie, donde se encuentra el famoso Castillo de Eilean Donan.

Aquí los gaiteros te los encuentras en todas partes, esta vez me sorprendió ver a un niño, no sé hasta qué punto esto será legal, per ahí estaba él...

Visitamos el castillo por dentro, pero no estaba permitido hacer fotos porque sigue siendo residencia del Clan MacRae. Eilean Donan significa "La Isla de Donan", Donan era un obispo y me sorprendió saber que se casó con una picta.

Y después de la visita reparto del personal en sus respectivos hoteles. Para ello cruzamos el puente que conecta el continente con la Isla de Skye. A nosotros nos llevaron a Broadford, pueblo de 2 calles (como todos en Skye y Tierras Altas) pero con preciosas vistas.

Vistas desde la parte trasera del hotel

Y de vuelta a las casualidades nos dió por entrar a un restaurante a cenar justo enfrente del hotel y resulta que la propietaria es de Mallorca. Es que el mundo es un pañuelo...


Día 4

Hoy es un día algo más tranquilo teniendo en cuenta que no saldremos de la Isla de Skye. Skye significa en gaélico la Isla de las Nubes o la Isla de la Bruma, y la verdad es que le queda como anillo al dedo. La primera parada la hacemos para contemplar por primera vez las Cuillins, las montañas más altas de la isla, y el puente más antiguo de Escocia. Nos cuenta Julien que las aguas de este río tienen la propiedad de conceder la juventud eterna si te lavas la cara ahí, por supuesto, no dejé escapar la oportunidad, aunque el agua estuviera helada.

El río con las Cuillins a lado y lado



La siguiente parada la hicimos para visitar es Castillo de Dunvegan del Clan MacLeod. Tampoco podían hacerse fotos en el interior porque también sigue siendo residencia del clan pero es francamente espectacular. Aquí cuenta la leyenda, resumiendo mucho, que el jefe del clan se casó con una hada, pero al cabo de un tiempo ella tuvo que partir a su reino pero le hizo el regalo de una bandera mágica, que dicen que realmente que concedió varios favores importantes. Lo sorprendente de todo es que se conserva esa bandera en el interior del castillo, por lo menos lo que se converva de ella, porque por lo que pudimos ver está bastante perjudicada.



Pero a mi lo que más me maravilló del castillo fueron sus jardines, y a parte de jardines bien cuidados llenos de flores, extensiones y extensiones de bosque frondosísimo con rincones preciosos.


Los que me conocen bien ya se pueden imaginar cómo me lo pasé recorriendo esos caminos boscosos (fijáos en la cantidad de musgo que hay)


En fin, un lugar completamente idílico, después de esto cuesta poco creer que en algún momento esto pudo haber sido hogar de hadas.

Después de la visita seguimos camino para llegar a la capital de la Isla de Skye, Portree, un pueblecito pesquero con mucho encanto.


El típio Fish and Chips escocés (por lo visto no es igual que el inglés) y el Irn Bru, un refresco también típico de Escocia, muy dulzón, por lo que nos comentan se lo suelen beber para la resaca...


Y ya dejando Portree seguimos el viaje para hacer varias paradas para ver formaciones naturales de lo más espectacular de las Highlands. Ni que decir tiene que esta parte del viaje también me dejó sin palabras, y si no, mirad las fotos.

Formación rocosa Old Man of Storr

Impactante acantilado de Kilt Rock. Lleva ese nombre porque dicen que parece una kilt, es decir una falda escocesa de hombre, que así es como se llama.

Otro acantilado. De aquí extraían la diatomita, que es un estabilizante de la dinamita.

De vuelta hacia nuestros hoteles, algunos pensaron que era un poco aburrido llegar a las 19.00 y no tener nada que hacer, ya que unos cuantos estábamos en pueblos perdidos sin mucho movimiento, así que cenamos todos en Kyleakyn que es el pueblo que úne la isla con Escocia y decidimos hacer una mini excursión sorpresa, gracias a Julien, por supuesto, y al conductor, que estaba como una cabra (todo sea dicho).

Kyleakyn. Puente que úne Isla de Skye con Escocia.


Otro Castillo que nos encontramos del Clan MacDonald

Parte de los jardines del Castillos. Mirad qué árboles se gastan allí!!

Otro super árbol


Día 5

Hoy nos despedimos de la Isla de Skye, muy a mi pesar (yo ya me había imaginado viviendo allí...), y emprendemos camino hacia el Lago Ness. Llegamos a Fort Augustus, desde donde cogeremos una barca para navegar las negras aguas del lago.

Lago Ness. No os esforcéis en ver al otro lado del lago, mide más de 30 km de largo y unos 200 m de profundidad.

Ycomo el dicho escocés: "Si no te gusta el tiempo...
... espera cinco minutos"


En esta encantadora tiendecita me compré mi nuevo athame.


Y de camino a Inverness, la capital de las Highlands, paramos para ver el castillo de Urquart, que está realmente en ruinas, aunque como todos, tiene su encanto. Eso sí, un pastón la entrada para no ver nada, aunque para hacer esta foto tuve que trepar a un muro porque lo tienen todo muy bien estudiado para que no tengas visibilidad desde ningún lado. Aquí encontramos un huequito para verlo.


Y ya en Inverness, tiempo para comer y visitar la ciudad. A mi que me perdonen, pero después de todo lo que llevábamos visto, no fue una ciudad que me gustara especialmente. El castillo, al ser de épocas más recientes no era muy bonito. También es una ciudad ya más grande, con lo cual, no hay mucho que resalta de ella.

El río Ness con el castillo al fondo a la izquierda

Proseguimos el camino, ya de vuelta a Edimburgo, hacia el sur, no sin antes parar en Dunkeld para visitar su Catedral.


Aquí el lateral de la catedral con su cementerio (en Escocia hay cementerios por todas partes)

Llegando a Edimburgo sobre las 20:00 pasamos al lado de este precioso y famoso puente, el Forth Bridge.


Y para acabar el día, un buen café (en Escocia es difícl que el café sea bueno, tienes que buscarlo en sítios más especializados, como es el caso) en The Elephant House, el café en el que J.K. Rowling escribió Harry Potter, un sitio muy bonito.


Y hasta aquí nuestro tour por las Highlands, que sin duda es lo que me quedo del viaje, nunca he visto tanta belleza junta en mi vida, cada paisaje invita a evadirte de todo, a entrar en perfecta sintonía con la tierra, a desaparecer por unos instantes del mundo material. Corremos peligro de irnos a vivir allí!!! jaja.

Mañana intentaré subir la review de las Lowlands, o Tierras Bajas, que como fue sólo un día será más corta.

Saludos!!


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